sábado, 23 de mayo de 2009

¿Corbatas?

La polémica la ha desatado el hecho de que un importante personaje se ha presentado sin corbata, con el cuello de la camisa desabrochado y a su aire. Sin embargo, a un opositor a juez lo echaron del examen por ir descorbatado. Luego le han dado la razón en un recurso que presentó pero el hecho ahí queda para que se comente.

¿Quid: corbata sí o corbata no? Parece que Internet está expandiendo el sincorbatismo porque, como el personal se lo monta en casa sin necesidad de ir a la oficina, cada cual viste a su manera, y es lógico que a quien está en el comedor se le dé un ardite estar o no encorbatado. Antes, la única actividad empresarial que se desarrollaba en el propio domicilio era la de enrollar y empaquetar condones pero hoy el asunto parece más serio. Cuidado, mucho cuidado porque estamos ante graves elementos de desintegración social. En primer lugar, si se generaliza el trabajo en casa se seguirán desgracias terribles porque puede traer consigo la desaparición de la oficina, uno de los baluartes de la vida en comunidad, la columna de la represión, el crisol de las diferencias sociales, el horno de los rencores, la cucaña despiadada ... Sin los jugos que segrega la oficina ¿qué será de la mala leche que caracteriza al género humano?

Pero, en segundo lugar, no es solo la corbata lo que se halla en peligro, pues amenazados con el trabajo doméstico están igualmente el traje y la camisa y hasta el jersey si se me apura. Solo quedaría como superviviente el pijama porque en pijama andaríamos todo el día despachando asuntos y aviando encomiendas. Es decir que la gloriosa y rica historia del vestido, y la bibliografía barroca que ha generado, acabaría de una forma lamentable por lo escueta y trivial.

Todo ello tendría consecuencias asimismo negativas en la propia vivienda que habría que vaciar de objetos entrañables y llenar de cachivaches oficinescos, con ficheros y pedidos y balances y albaranes que se nos enredarían entre los pies cuando tratáramos de avanzar por el pasillo. Y en el lugar de la foto del abuelo, habría que poner la del presidente del consejo de administración, menos apacible, más turbadora.

Estamos pues en una encrucijada. Yo creo, por lo dicho, que es malo todo lo que nos lleve a recluirnos en casa, y bueno lo que nos conduzca al aire libre, porque nuestros sueños y nuestras frustraciones es mejor sacarlas a pasear con regularidad. Las revoluciones se han hecho siempre en la calle, bien tomando la Bastilla, o bien acercándose a colgar las 95 tesis de un clavo en la puerta de la iglesia en Wittenberg. La calle, siempre la calle, como palanca del cambio liberador.
Pues bien ¿a esa calle iremos con corbata o sin corbata?

Hubo un tiempo, en las postrimerías del franquismo, en que se hizo signo de progresismo radical ir sin corbata y de esta actitud algunos hicieron religión, credo, dogma implacable. Ir sin corbata era algo parecido a declararse en huelga o a escribir un grafito provocador en un muro. ¡Ahí era nadie el descorbatado! Franco por supuesto ni se inmutaba y seguía como si con él no fuera el asunto pero no sería desde luego porque faltara contundencia a los mensajes que estos sujetos le enviaban diariamente.

Ahora, con el caudillo enterrado con la corbata de general, ya la corbata ha perdido mucho de su patetismo político y también ha desaparecido su vinculación con el falo o minga, un exceso que pregonó Freud, entrenado en verdad este hombre en buscarle cinco pies al gato. Hoy todo ha quedado, más comedidamente, en un asunto de gusto, de conveniencia o de comodidad. La conclusión se impone: haga usted lo que le venga en gana, de donde se sigue que ha perdido el tiempo leyendo este artículo. Por si a alguien le sirve, a mí me gusta la pajarita porque es atuendo de crupieres y de magos y la magia es lo más logrado que tiene la realidad.

7 comentarios:

  1. Bueno, también yo quiero hacer un comentario a fondo perdido. Como todos los de más o menos mi edad, he pasado por todos los estilos más de una vez, y a pesar de todo, siempre he sido el mismo. Recuerdo un comentario de una señora en un programa de radio, en donde se preguntaba por qué se asociaba el desaliño, la barba y el "malvestir" con la revolución,(en aquella época, revolución, subversión y comunismo, se consideraban sinónimos), cuando cada vez que salía en los medios alguna representación de los paises del este, iban todos como pinceles, impecablemente vestidos y aseados, como para pasar revista. Creo que se le ha dado demasiada importancia al vestido, sigo pensando que donde no pueda entrar porque no lleve corbata, no vale la pena entrar.

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  2. Para mí, que he sido de las que han felicitado a nuestro nuevo diputado en Álava, precisamente por no llevar corbata, es una cuestión distinta;

    -Comodidad; es mucho más incómodo llevar corbata, hay que romperse la cabeza,(la de uno y la de los demás) buscando la más apropiada, hay que saber hacer el nudo, da calor en verano, y no abriga lo suficiente en invierno.

    - Es un signo externo de que uno está "en ventas". Es decir, que como los banqueros, o los empleados de El Corte Inglés, es un intermediario que vende objetos, seguros, planes de pensiones.

    - Los arquitectos, los médicos, los escritores, solo llevan corbata cuando les apetece, porque "esa" corbata les gusta, les favorece etc.

    - En cuanto a la estética, esa es cosa del gusto de cada uno, pero para mí, uno de los hombres más guapos y más elegantes del siglo XX, Von Karajan, prescindía de la corbata hasta cuando iba de etiqueta, con esos chalecos blancos de seda, de algodón o de cashmere, con el cuello alto...

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  3. El profesor Sosa Wagner apareció en la calle Calvo Sotelo a afrontar su "miting" sin corbata. LLevaba en cambio un elegante sombrero que lo hizo estar más guapo.

    Mitings en la calle, que bonito es recuperar el espíritu de un partido pequeño. En el fondo es una excelente herramienta de marketing para UPyD, aumenta la VISIBILIDAD y es económica.

    Y NOS HACE CREER QUE ESTAMOS CONECTADOS EN LA CALLE. Eso es una de las cosas que dijeron hoy en el "miting" o como corcho se escriba Rosa y Paco

    Y yo les pregunté ¿Cual es la herramienta Rosa o Paco, para estar conectados con la calle?.

    "Hacer listas electorales abiertas.- dice Rosa.-porque así podemos votar a una persona y no a una lista. Hay que modificar la ley de partidos"

    Y mientras lo decía me he revuelto un poco en la silla, ¡como si notara el espíritu de un APÓSTATA que me estaba invadiendo!.

    Hacer mitines en la calle y modificar la ley de partidos...........así se recupera la voz de la calle... Faltaría hacer algunos esfuerzos más, pienso.

    Bueno, otras conclusiones Y LAS FOTOS DEL "MITING" próximamente en mi blog.

    En otro orden de cosas:

    Que razón tiene VIEJECITA, ¡KARAJAN!, con esa manera de señalar el ritmo con las manos, los ojos cerrados... Bueno, corbata no, pero pajarita sí llevaba. Le paso un enlace:

    http://www.youtube.com/watch?v=s8eigkwmMEo

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  4. Bárbara Paraula
    ¡Que yo a Karajan le he visto dirigir, de etiqueta y camiseta de cuello alto. Que me ha costado años encontrar. De vez en cuando sí usaba corbata de lazo, pero solo de vez en cuando.

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  5. ¡La creo, la creo! ¿qué mas da?. Tiene la elegancia en la personalidad, está deslumbrante con lo que se ponga.

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  6. No he visto mejor definición de una oficina que esta y además añado: si encima es un centro de una administración del Estado, en una provincia que no da más que opositores y destino hasta la jubilación de todos ellos, los efectos se multiplican por n

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  7. Pues sí:

    Soso, además de Sosa, lo encontré yo en la plaza de Felipe II (¿Le suena? sin su pajarita...

    Pero, aún sin ella fue chistoso, y la gente le votó, que es lo que, supongo, para usted cuenta... y para mi también.

    Enhorabuena.

    B

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