Viejecita, no se obceque con lo de los guantes, le aseguro que son lo de menos. Cuando mis legendarias nalgas se ponen en movimiento la gente apenas se da cuenta de que tengo brazos.
Al contrario, mi entrañable viejecita, esto que le cuento es algo que si usted lo viese no daría crédito a sus ojos, y le aseguro que pediría una prueba táctil como santo Tomás.
Quisiera ser modesto a este respecto, pero son muchos años sacándome billetes del tanga de leopardo para no entender que el contoneo salvaje de mi pompis es pura dinamita.
Veo que es más bien aquello de "si no lo creo no lo veo". Conste que esta frase no es mía.( Es una cita de alguien cuyo nombre no conozco, aunque puede que usted sí.)
Viejecita, no se preocupe, lo veremos....aunque después de eso no se si nos recuperaremos....o quedará para siempre en nuestras retinas semejante espectáculo, incapaces ya de ver otra cosa...como cuando uno se queda sordo tras un gran sonido, o cómo tenemos la mala pata de coincidir con la señorona del 5º H en el ascensor y la nariz se queda embotada, anestesiada a Carolina Herrera.
Todo está preparado, sólo es cuestión de que llegue una oferta interesante a mi correo electrónico.
Yo soy nueva en este blog pero ¿hay algo entre Apostata y Viejecita? Es por mantener la esperanza viva y poder pensar que cuando llegue mi vejez podré ver un estupendo maromo meneando las ancas a la altura de mis dientes. Claro que para entonces quizá los dientes los tenga en la mesilla de noche.
Vuelvo a ser yo ¿ os habeis dado cuenta lo fructifero que es este Señor Catedrático de 7:00 a 7:30 de la mañana? Me da hasta cierto pudor pensar que mientras yo me despierto y me dedico a mis aseos personales ya esta Don Francisco trabajando.
Jajaja, Marta, Bienvenida!. Tendrás que irte unas 3 o cuatro guindas atrás para saber lo que hay entre estos dos personajes. Pero sí, manten la esperanza, ya verás como Don Apostata se ofrecerá a menearte las caderas y se imaginará mil cochinadas con tu dentadura postiza.
Resulta usted terriblemente injusta tratándome poco menos que de frívolo, ya que es usted la única persona que ha recibido una oferta de pase privado y exclusivo, cuyos términos están aún por acordar. Mientras, a la entrañable viejecita apenas se le han ponderado las bondades del espectáculo con una aseada dosis de subjuntivo y condicional. No entiendo como se atreve a tratarme de casquivano cuando es usted la única que pretende vender mis carnes morenas al mejor postor, y la única que le ha dado esperanzas a una desconocida de que tarde o temprano acabaré ofreciéndole mis servicios.
Sepa usted, señorita Paraula, que uno es muy serio en lo suyo y esta debidamente sindicado en el correspondiente gremio de bailes exóticos, y que su actitud hacia mi persona es absolutamente hembrista y bochornosa. Me siento absolutamente herido en mi masculinidad por sus afirmaciones y no concibo que por el simple hecho de dedicarme a exhibir las nalgas en tanga tarzanero se me considere poco menos que un putón verbenero. Debería usted ser más considerada con las personas del sexo contrario, que, lejos de ser únicamente meros objetos sexuales, también somos seres humanos sensibles y capaces.
No acabo de entender si lo suyo es un oficio (ya que como explica está sindicado)y por tanto me está vendiendo un servicio, o es un acto de devoción en exclusiva hacia mi persona.
Siendo el primero, comprenderá que ante la expectativa de que será el mejor en lo suyo, vaya pasándole la tarjeta a posibles compradoras que aumenten su negocio. Debería percibir que se trata de una confianza ciega en sus virtudes.
Siendo lo segundo, por favor, ya que una está tan falta de autoestima y de cariño, le animo a que comente públicamente cuales son los atributos de mi persona que le han llevado a tal devoción y que incluya en su oferta una proposición de relación más seria... que ya nos vamos haciendo mayorcillas y nos van quedando menos oportunidades.
Doña Bárbara Paraula Por los dioses, no saque usted muchas tapas de esas, al menos para esta viejecita, que ya una está mas bien para "recordar viejos tiempos que alegres pasaron y no volverán", como mi homónima, la de la zarzuela.
Aunque, Doña Marta, mis dientes no estén todavía en la mesilla de noche.
El blog sirve para descargar en él ocurrencias y darlas al aire, al éter, a la red, al universo, cualquiera sabe a quién. En ese espacio enigmático caen como semillas y son por ello aptas para germinar, a la búsqueda como están de la fecundación. Lo importante es la descarga, la liberación de la presión de los propios pensamientos. El blog tiene una función depurativa, acaso parecida a la del laxante.Aquí, en este blog, que nace al hilo de mi campaña electoral como aspirante a ocupar un escaño en el Parlamento europeo, no voy a hablar de política.
Quien quiera saber lo que pienso tiene ocasiones de leerlo en la página de UPyD, partido político por el que me presento, un lugar donde se da cumplida noticia de mis intervenciones públicas, conferencias, entrevistas y demás. También tengo la esperanza de que, al menos algunos periódicos nacionales y regionales y otros medios de comunicación, acojan mis manifestaciones.
Por estas razones, el espacio del blog lo reservo para otro fin. En él voy a comentar sucedidos de la vida cotidiana con espíritu festivo y burlón y hacer de ellos broma inofensiva, puro donaire, aunque el fondo del asunto a veces sea serio y obligue al lector a pensar por breves segundos. Pero, en general, mis líneas aspiran a ser pura burbuja, leve espuma. Estarán más cerca de la chispa que de la llama, serán más pavesa que hoguera. Más rocío que lluvia.
Una especie de ranura por la que se trata de llenar la hucha de la imaginación, por lo que convivirán la libertad con la obstinación en resaltar lo que no se resalta, en dar relieve a la contradicción, en realzar lo que de pintado hay en la sociedad.
También incluiré algunas “guindas en aguardiente” que es un género cercano a la greguería que cultivo desde hace años. Mis guindas son -no podían ser de otra manera- frutos redondos, algo ácidos, que, cuando se les da durante una temporada la compañía del aguardiente, adquieren un sabor rascón, picantillo, caústico, sin dejar por ello de ser al tiempo dulces y convincentes. Aspiran a mezclar lo punzante con lo amable, lo intemperante con lo cortés. Mi guinda pasa bien por la garganta y no daña al estómago.
Es más: actúa de carminativo pues que ayuda a liberarnos de las flatulencias que produce el estereotipo.
Creo que, tras lo dicho, el lector está en condiciones ahora de abrir despacio la botella que representa este blog, degustar las ocurrencias que en él se contengan y aceptar, complacido e indulgente, las cosquillas que perciba
Claro, claro. Y docenas de bragas esparcidas sobre la barra de las güisquerías.
ResponderEliminarY guantes de cabritilla a disposición de los clientes de los fotomatones.
ResponderEliminarViejecita, no se obceque con lo de los guantes, le aseguro que son lo de menos. Cuando mis legendarias nalgas se ponen en movimiento la gente apenas se da cuenta de que tengo brazos.
ResponderEliminarDon Apóstata
ResponderEliminarEso habrá que verlo para creerlo. ¿No le parece?.
Al contrario, mi entrañable viejecita, esto que le cuento es algo que si usted lo viese no daría crédito a sus ojos, y le aseguro que pediría una prueba táctil como santo Tomás.
ResponderEliminarQuisiera ser modesto a este respecto, pero son muchos años sacándome billetes del tanga de leopardo para no entender que el contoneo salvaje de mi pompis es pura dinamita.
Un saludo.
Veo que es más bien aquello de "si no lo creo no lo veo".
ResponderEliminarConste que esta frase no es mía.( Es una cita de alguien cuyo nombre no conozco, aunque puede que usted sí.)
Viejecita, no se preocupe, lo veremos....aunque después de eso no se si nos recuperaremos....o quedará para siempre en nuestras retinas semejante espectáculo, incapaces ya de ver otra cosa...como cuando uno se queda sordo tras un gran sonido, o cómo tenemos la mala pata de coincidir con la señorona del 5º H en el ascensor y la nariz se queda embotada, anestesiada a Carolina Herrera.
ResponderEliminarTodo está preparado, sólo es cuestión de que llegue una oferta interesante a mi correo electrónico.
Yo soy nueva en este blog pero ¿hay algo entre Apostata y Viejecita? Es por mantener la esperanza viva y poder pensar que cuando llegue mi vejez podré ver un estupendo maromo meneando las ancas a la altura de mis dientes. Claro que para entonces quizá los dientes los tenga en la mesilla de noche.
ResponderEliminarVuelvo a ser yo ¿ os habeis dado cuenta lo fructifero que es este Señor Catedrático de 7:00 a 7:30 de la mañana? Me da hasta cierto pudor pensar que mientras yo me despierto y me dedico a mis aseos personales ya esta Don Francisco trabajando.
ResponderEliminarJajaja, Marta, Bienvenida!. Tendrás que irte unas 3 o cuatro guindas atrás para saber lo que hay entre estos dos personajes. Pero sí, manten la esperanza, ya verás como Don Apostata se ofrecerá a menearte las caderas y se imaginará mil cochinadas con tu dentadura postiza.
ResponderEliminarSi es fructifero, sí. Su mejor hora son las 7: 16
Buenisimos dias, Sr Sosa Wagner.
ResponderEliminarLe comunicao que tiene un premio en mi blog!
Felicidades!
Estimada Paraula,
ResponderEliminarResulta usted terriblemente injusta tratándome poco menos que de frívolo, ya que es usted la única persona que ha recibido una oferta de pase privado y exclusivo, cuyos términos están aún por acordar. Mientras, a la entrañable viejecita apenas se le han ponderado las bondades del espectáculo con una aseada dosis de subjuntivo y condicional. No entiendo como se atreve a tratarme de casquivano cuando es usted la única que pretende vender mis carnes morenas al mejor postor, y la única que le ha dado esperanzas a una desconocida de que tarde o temprano acabaré ofreciéndole mis servicios.
Sepa usted, señorita Paraula, que uno es muy serio en lo suyo y esta debidamente sindicado en el correspondiente gremio de bailes exóticos, y que su actitud hacia mi persona es absolutamente hembrista y bochornosa. Me siento absolutamente herido en mi masculinidad por sus afirmaciones y no concibo que por el simple hecho de dedicarme a exhibir las nalgas en tanga tarzanero se me considere poco menos que un putón verbenero. Debería usted ser más considerada con las personas del sexo contrario, que, lejos de ser únicamente meros objetos sexuales, también somos seres humanos sensibles y capaces.
Un saludo.
los mostradores con tapas deberían tener licencia de farmacia. Mejor.
ResponderEliminarSeñor Tanga Tarzanero Conde del Cabritillo,
ResponderEliminarNo acabo de entender si lo suyo es un oficio (ya que como explica está sindicado)y por tanto me está vendiendo un servicio, o es un acto de devoción en exclusiva hacia mi persona.
Siendo el primero, comprenderá que ante la expectativa de que será el mejor en lo suyo, vaya pasándole la tarjeta a posibles compradoras que aumenten su negocio. Debería percibir que se trata de una confianza ciega en sus virtudes.
Siendo lo segundo, por favor, ya que una está tan falta de autoestima y de cariño, le animo a que comente públicamente cuales son los atributos de mi persona que le han llevado a tal devoción y que incluya en su oferta una proposición de relación más seria... que ya nos vamos haciendo mayorcillas y nos van quedando menos oportunidades.
Atentamente,
Señorita Barbarita, próxima Señora de Tarzanero.
Por cierto, voy sacando una tapa de LEXATIN ¿alguien gusta?
ResponderEliminarOtra de tapas ¿una de píldoras postcoitales?
ResponderEliminarDoña Bárbara Paraula
ResponderEliminarPor los dioses, no saque usted muchas tapas de esas, al menos para esta viejecita, que ya una está mas bien para "recordar viejos tiempos que alegres pasaron y no volverán", como mi homónima, la de la zarzuela.
Aunque, Doña Marta, mis dientes no estén todavía en la mesilla de noche.