Pues que pena, no sé que tipo de personas conoce usted que le han hecho llegar a esa conclusión. Yo alguna vez me he alegrado la desgracia ajena..... pero sólo en los casos en los que hay que competir, y en algunos otros, muy pocos, en los que reconozco en mi un odio malsano.
En general me alegro de los logros.
Así que vaya revisando su agenda, que igual le merece la pena conocer otros hombres y otras mujeres.
Sin embargo, Bárbara en el principio de tu escrito encajas perfectamente en el perfil que describe la guinda. Lo adornas con justificaciones no solicitadas pero se observa clara sintonía, por lo tanto ¿Quizás deberías tu desaparecer de las agendas?. Igual tú antes de lanzarte a dar consejos deberías revisarte a tí misma, que igual merece la pena que te conozcas un poco más.
Hola Agus, pues te voy a dar la razón en un par de cosas: en que no se debe apresurar una a dar consejos y en que siempre es bueno conocerse mejor.
Respecto a que la guinda me encaja, creo que no, vamos no normalmente. Y me sorprende bastante que sin conocerme de nada tú tengas una creencia tan firme.
Oye dime ¿a ti te ha solicitado personalmente el Profesor Sosa tu argumentación? porque tanpoco pillo lo de las justificaciones no solicitadas.
En fin que me has dejado un poco de piedra, que no pretendía yo ni menospreciar al profesor ni a ninguno de sus amigos en concreto, así que no entiendo muy bien tu ataque.
No siempre uno compara con el vecino. A veces comparamos con nuestro propio pasado, y es cuando vemos lo felices, o lo infelices que somos en el presente. A mí la felicidad de los otros no me suele dar ni siquiera envidia, porque es raro que mi concepto de felicidad coincida con el del vecino. Y seguramente, yo no sabría qué hacer con lo que al vecino le hace feliz.
Bárbara faltaría más no he pretendido atacarte, ahora repasando mi escrito si observo que es seco y puede parecer agresivo pero creeme esa no es mi intención.
Lo que vengo a decir es que en el principio de tu escrito hablas incluso de reconocer en tí un odio malsano, dices que te has alegrado de la desgracia ajena, justificas que solo en cierto tipo de situaciones etc. Bueno pues en ese primer párrafo creo que te identificas realmente con la guinda aportada.
Luego cambias el ritmo y haces una recomendación al profesor que retire de la agenda a los que son tal y como tu has dicho que eres al principio de tu intervención.
Claro que yo pienso que aún reconociendo que hay mucha gente que se pueda identificar, muy a cada pesar, plenamente con la guinda expuesta quizas las virtudes de muchos pesen más que el defecto expuesto y por eso no creo que sea necesario el menosprecio inmediato. En definitiva, seguro que aún reconociendo, tu misma lo haces, que en algún momento te puedas identificar con la guinda no da pié a que te deban retirar apresuradamente de las agendas.
Bárbara, nadie me ha solicitado mi argumentación quizás intentando ser muy breve he ido demasiado directo al grano perdón si te ha molestado. No me atrevería a valorarte no te conozco y tampoco he seguido ninguna de tus reflexiones anteriormente.
El blog sirve para descargar en él ocurrencias y darlas al aire, al éter, a la red, al universo, cualquiera sabe a quién. En ese espacio enigmático caen como semillas y son por ello aptas para germinar, a la búsqueda como están de la fecundación. Lo importante es la descarga, la liberación de la presión de los propios pensamientos. El blog tiene una función depurativa, acaso parecida a la del laxante.Aquí, en este blog, que nace al hilo de mi campaña electoral como aspirante a ocupar un escaño en el Parlamento europeo, no voy a hablar de política.
Quien quiera saber lo que pienso tiene ocasiones de leerlo en la página de UPyD, partido político por el que me presento, un lugar donde se da cumplida noticia de mis intervenciones públicas, conferencias, entrevistas y demás. También tengo la esperanza de que, al menos algunos periódicos nacionales y regionales y otros medios de comunicación, acojan mis manifestaciones.
Por estas razones, el espacio del blog lo reservo para otro fin. En él voy a comentar sucedidos de la vida cotidiana con espíritu festivo y burlón y hacer de ellos broma inofensiva, puro donaire, aunque el fondo del asunto a veces sea serio y obligue al lector a pensar por breves segundos. Pero, en general, mis líneas aspiran a ser pura burbuja, leve espuma. Estarán más cerca de la chispa que de la llama, serán más pavesa que hoguera. Más rocío que lluvia.
Una especie de ranura por la que se trata de llenar la hucha de la imaginación, por lo que convivirán la libertad con la obstinación en resaltar lo que no se resalta, en dar relieve a la contradicción, en realzar lo que de pintado hay en la sociedad.
También incluiré algunas “guindas en aguardiente” que es un género cercano a la greguería que cultivo desde hace años. Mis guindas son -no podían ser de otra manera- frutos redondos, algo ácidos, que, cuando se les da durante una temporada la compañía del aguardiente, adquieren un sabor rascón, picantillo, caústico, sin dejar por ello de ser al tiempo dulces y convincentes. Aspiran a mezclar lo punzante con lo amable, lo intemperante con lo cortés. Mi guinda pasa bien por la garganta y no daña al estómago.
Es más: actúa de carminativo pues que ayuda a liberarnos de las flatulencias que produce el estereotipo.
Creo que, tras lo dicho, el lector está en condiciones ahora de abrir despacio la botella que representa este blog, degustar las ocurrencias que en él se contengan y aceptar, complacido e indulgente, las cosquillas que perciba
Pues que pena, no sé que tipo de personas conoce usted que le han hecho llegar a esa conclusión. Yo alguna vez me he alegrado la desgracia ajena..... pero sólo en los casos en los que hay que competir, y en algunos otros, muy pocos, en los que reconozco en mi un odio malsano.
ResponderEliminarEn general me alegro de los logros.
Así que vaya revisando su agenda, que igual le merece la pena conocer otros hombres y otras mujeres.
Querido Profesor: Luego se preguntan ¿Porqué está usted en Europa?. Pues usted está en Europa como lo estamos todos.
ResponderEliminarSin embargo, Bárbara en el principio de tu escrito encajas perfectamente en el perfil que describe la guinda. Lo adornas con justificaciones no solicitadas pero se observa clara sintonía, por lo tanto ¿Quizás deberías tu desaparecer de las agendas?. Igual tú antes de lanzarte a dar consejos deberías revisarte a tí misma, que igual merece la pena que te conozcas un poco más.
ResponderEliminarUn saludo
Agus
Hola Agus, pues te voy a dar la razón en un par de cosas: en que no se debe apresurar una a dar consejos y en que siempre es bueno conocerse mejor.
ResponderEliminarRespecto a que la guinda me encaja, creo que no, vamos no normalmente. Y me sorprende bastante que sin conocerme de nada tú tengas una creencia tan firme.
Oye dime ¿a ti te ha solicitado personalmente el Profesor Sosa tu argumentación? porque tanpoco pillo lo de las justificaciones no solicitadas.
En fin que me has dejado un poco de piedra, que no pretendía yo ni menospreciar al profesor ni a ninguno de sus amigos en concreto, así que no entiendo muy bien tu ataque.
Profesor Sosa Wagner
ResponderEliminarNo siempre uno compara con el vecino. A veces comparamos con nuestro propio pasado, y es cuando vemos lo felices, o lo infelices que somos en el presente.
A mí la felicidad de los otros no me suele dar ni siquiera envidia, porque es raro que mi concepto de felicidad coincida con el del vecino. Y seguramente, yo no sabría qué hacer con lo que al vecino le hace feliz.
Que bonita reflexión viejecita..... "yo no sabría hacer con lo que al vecino le hace felíz". Me gusta.
ResponderEliminarBárbara faltaría más no he pretendido atacarte, ahora repasando mi escrito si observo que es seco y puede parecer agresivo pero creeme esa no es mi intención.
ResponderEliminarLo que vengo a decir es que en el principio de tu escrito hablas incluso de reconocer en tí un odio malsano, dices que te has alegrado de la desgracia ajena, justificas que solo en cierto tipo de situaciones etc. Bueno pues en ese primer párrafo creo que te identificas realmente con la guinda aportada.
Luego cambias el ritmo y haces una recomendación al profesor que retire de la agenda a los que son tal y como tu has dicho que eres al principio de tu intervención.
Claro que yo pienso que aún reconociendo que hay mucha gente que se pueda identificar, muy a cada pesar, plenamente con la guinda expuesta quizas las virtudes de muchos pesen más que el defecto expuesto y por eso no creo que sea necesario el menosprecio inmediato.
En definitiva, seguro que aún reconociendo, tu misma lo haces, que en algún momento te puedas identificar con la guinda no da pié a que te deban retirar apresuradamente de las agendas.
Bárbara, nadie me ha solicitado mi argumentación quizás intentando ser muy breve he ido demasiado directo al grano perdón si te ha molestado. No me atrevería a valorarte no te conozco y tampoco he seguido ninguna de tus reflexiones anteriormente.
Un saludo
Agus,
ResponderEliminarOk, aceptamos que fue un consejo apresurado ese de retirar de las agendas a nadie. Gracias por hacérmelo ver.
Un saludo.