(Hoy se publica en La Nueva España esta Sosería que puede ser de interés para mis amigos del blog)
Acabáramos, ahora resulta que también las vacas son las responsables malignas del cambio climático. ¿Las vacas? ¿Qué hacen las pobres vacas, aparte de mirar compungidas el paso del tren como en el cuento de Clarín? Pues hacen algo cuya importancia ahora se advierte: las vacas eructan y se tiran pedos. Las veíamos apacibles, mugiendo, dándole a la hierba, con sus caras de sueño nunca saciado, con sus cuernos de mentirijilla, sus cencerros que recuerdan al sacristán que va llamando a los fieles a la misa, es decir, las veíamos como seres inofensivos, limitados a darnos leche para crecer y carne para holgarnos, y ahora resulta que albergaban en sus entrañas un secreto pérfido que desequilibra al planeta: sus pedos y sus eructos.
Los ha descubierto Paul Mc Cartney, que antes cantaba con los «Beatles» y ahora se dedica a espiar a las vacas en sus aspectos más íntimos, aquellos que jamás debieron airearse (y nunca mejor empleada la expresión ya que de aires hablamos).
¿Qué propone? Rebajar el consumo: no comamos carne de vaca porque así la cabaña ganadera acabará reduciéndose y con ella el número de esos pedos que tanto desconcierto crean en el clima. De la leche habrá que tomarla condensada pues no provoca alteraciones en el bioclima.
Es cierto que si las vacas con sus pedos causan tanto mal hay que enfrentarse a ellas y como es difícil convencerlas de que no eructen, porque se las habla y siguen dándole a la hierba sin hacer el más mínimo caso, pues acabemos con ellas en su mismidad vacuna: muerta la vaca se acabó el eructo vacuno.
Al llegar a esta conclusión me he quedado tranquilo y empecé a pensar en un programa de exterminio de las vacas. Desde el Parlamento europeo alguna propuesta habrá que hacer. Pero, cuando ya estaba tejiendo soluciones concretas, me he dado en cavilar lo siguiente: y si después de las vacas se nos pone a los humanos en el punto de mira. ¿Quién nos dice que McCartney no nos va a perseguir en nuestros momentos de más plácido desahogo?
En algunas regiones españolas, allá donde se consumen buenas legumbres, les fabes, los verdines, los garbanzos, las judías pintas... ¿cómo se oculta que también contribuyen a la formación de gases de efecto invernadero y a la destrucción del planeta?
En cuanto el «beatle» se entere, girará visita de inspección a estas zonas y se apostará tras los consumidores de una fabada o de un plato de garbanzos con bacalao y en cuanto el favorecido por la dicha gastronómica empiece a liberar aires lo atrapará y la más cruel denuncia se abatirá sobre él porque está poniendo en peligro la vida en la Tierra. ¿Alguien podrá explicarle a ese comisario que una vida sin pedos y sin eructos será una vida limpia pero no es vida?
¿Qué hacer? Pues acabar con los hombres o al menos ir reduciendo su número poco a poco. Hasta que la Tierra, el planeta entero, esté despoblado pero muy protegido, disfrutando todos de la paz de los cementerios. El único que quedará será McCartney, quien con su potente coche de miles de cilindros y su avión privado irá de un lado a otro persiguiendo pedos, aunque sean quedos, denunciando eructos, controlándolo todo... Es decir, garantizando la biodiversidad.
viernes, 11 de septiembre de 2009
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Tanto fijarse en la fiesta de los Toros y no se daban cuenta que el peligro real está en las vacas. Algo habrá que hacer, no seria solución fomentar por el mundo la "Fiesta de los Toros" pero incluyendo también a las vacas. La carne se la pueden comer después los asistentes, asi también se lucha contra el hambre.
ResponderEliminar"Fuera Hambre y Pedos de la Tierra".
No solo de vacas se alimenta el hombre. Un porcentaje muy alto de la tierra se alimenta muy bien a base de insectos. Que no quite que me guste la carne de vaca o de otros mamiferos. Lo que yo propongo es que se ponga una estricta regulacion a la carne de vaca: si se come que sea cojonuda, con denominacion de origen y con leche riquisima. De esta manera sera un lujo que no todos se permiten como quien come carne de caballo. La leche que tanto preocupa... hombre más desesperado tenia que estar el guapo que se le ocurrió la primera vez mamar de la teta de una vaca. De no solo leche de vaca vive el hombre...
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