domingo, 3 de julio de 2011

Alquileres

Como una gran novedad se presenta la noticia de una empresa japonesa cuyo negocio consiste en alquilar parientes por horas.

- En casa estamos muy necesitados de un padre.

- ¿Con barba o lampiño? ¿Aseado o con manchas? ¿Ventripotente o escurrido?

Y del departamento de padres se envía a un señor entrenado en emitir gruñidos, tirar al suelo la ceniza del puro, resolver con garbo las dificultades de un crucigrama y ver partidos de balompié, es decir, un cabal padre de familia y por cuatro cuartos se logra calmar carencia tan dolorosa.

Hay tarifas previstas que lógicamente varían según la proximidad del parentesco y el grado de ternura. Una madre que haga magdalenas de aceite y cante zorcicos, aunque desafine, cuesta mas lógicamente que un triste cuñado que lo único que sabe hacer es ocupar el retrete o un primo de esos lejanos y molestos que hay en toda familia con una cierta dignidad. Estos últimos, cuñados y primos, al parecer, prácticamente los regalan porque está acreditada la incomodidad que a la larga ocasionan. Un abrazo dado con convicción, con buenas palmadas en la espalda y alguna interjección cariñosa, se pone por las nubes. Pero compensa. El simple apretón de manos, que tanto se practica entre rubiales de los paises centroeuropeos, está tirado de precio aunque todos convienen en que resulta frío y por ello no gusta. Cuando se exigen al pariente alquilado sacrificios terribles como oficiar de personaje quimérico (de buena persona, de papa noel) o probar esas rosquillas tan duras que se hacen en casa, entonces es preciso tirar de talonario de cheques porque el precio se dispara y no hablemos de las cantidades que es necesario desembolsar si se trata de reir las gracias del niño cuya tierna habilidad consiste en derramar confituras o la salsa vinagreta en los perniles del pantalón de tergal de las visitas. Ultimamente, los nuevos comportamientos han obligado a crear una tarifa especial para la señora que tiene el capricho de ver los culebrones hispanoamericanos junto a un buen pariente: si a éste se le permite echar una cabezada es hasta barato pero está reservado sólo a pudientes pagar un semblante que aparente regocijo e interés.

Ahora bien, todo esto, que se presenta como una novedad, como el fruto de la capacidad inventiva del actual empresario japonés, está ya inventado hace mucho tiempo por los escritores serios, es decir, los humoristas. Así, Oscar Wilde hace decir en el teatro a Lady Bracknell: "le aconsejaría vivamente, mister Worthing, que procurase adquirir unos parientes lo antes posible y que hiciera un esfuerzo decisivo para presentar, por lo menos, a uno de los dos autores de sus dias de cualquier sexo, antes que haya terminado por completo la temporada". Y, entre nosotros, algo parecido ocurre en la escena con la que se inicia la obra de Miguel Mihura "Maribel y la extraña familia". En ella, la señora de la casa encarece las ventajas de alquilar las visitas y pagarlas cinco duros y una copita de Chinchón. Por tanto, estos señores japoneses tan espabilados y tan finos, que se han llamado entre ellos siempre Jugo de Azahar o Flor de Primaveral Loto y ahora probablemente Dulce Fruto de Fusión Bancaria o Ubérrimo Chip, deberían pagar los correspondientes derechos de propiedad intelectual a los humoristas, verdaderos creadores que, por saberse demasiado bien la asignatura de la vida, optan por no presentarse a examen pues les consta que, como decía el gran Chamfort, de todas las jornadas, la más desaprovechada es aquella en la que no hemos reído.

1 comentario:

  1. Tiene sus ventajas alquilar familiares, por ejemplo alquilas un padre una madre o un hijo y no se te mueren. Tu sólo tienes que pagar al alquiler y nada más no se mueren y si lo hacen te los cambian por otros.

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