domingo, 26 de junio de 2011

Instrucciones al montañero

España se aproxima a Europa y también las maneras y las costumbres de las naciones vecinas han pasado la frontera (lo poco que de ella queda) y se aclimatan ya en nuestro medio como plantas agradecidas.

Así ocurre con la práctica de caminar por los montes que ahora llaman "senderismo". A decir de los médicos, se trata de una modalidad deportiva muy beneficiosa para el organismo por favorecer la oxigenación de la sangre y fortalecer el corazón. Si a ello se añade que es un descanso para la vista pues el horizonte es el caballete donde se apoya el enigma, y para el olfato porque el caminante recibe el saludo de los olores, límpidos, exuberantes y hasta coquetos (el olor es un seductor incorregible), se comprenderá que la montaña es, al tiempo, un festival de silencios y una verbena de perfumes. El juego floral en el que Dios hace trampas porque se premia a sí mismo.

En muchos países europeos a la montaña acuden desde los más viejos a los más jóvenes y admira cómo están cuidados los senderos, señalizadas las rutas, conservada la limpieza en los lugares de descanso. Cientos y cientos de kilómetros están preparados a este fin en Alemania, en Austria, en Francia, en Noruega, en Dinamarca ... Se pone así a disposición del ciudadano un ejercicio físico que resulta accesible y barato y el paseante vuelve de la montaña tan contento porque quien por ella camina se mete la Naturaleza en el bolsillo y luego, ya en su vida diaria, la puede sacar y aspirar un poco y ello le aclara la cabeza pues la altura y la distancia le han hecho ver las pasiones que agitan a los hombres en su exacta dimensión de naderías ponzoñosas.

En España, tradicionalmente, al monte no iban más que las vacas en el verano, algunos caballos y los rebaños con sus pastores. De donde se sigue que la montaña era contemplada por las clases comerciales pudientes como el escenario de la actividad agropecuaria, maloliente pues y vitanda. Cuando salía algún noble como don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias, inspirador de la primera ley de parques nacionales allá por los comienzos del siglo, se le tomaba como un chiflado y se trataba de evitar cualquier relación con él por si su amor a las montañas era el resultado de alguna oscura infección y ésta resultaba contagiosa.

Gracias a los viajes por Europa hoy no hay español que, al menos una vez al año, no salga de excursión a la montaña provisto de su tortilla de patatas y de su bota de vino. Han ayudado algunos factores y, entre ellos, es preciso destacar los ya aludidos consejos de los médicos que nos avisan de los riesgos de la vida sedentaria y también la expansión del uso de los coches todo - terreno, hasta hace poco signo distintivo de los estratos labradores y ganadores de la sociedad y hoy coche de los ejecutivos y demás elementos vivos de la sociedad mercantil y financiera.

Pero la ayuda definitiva para popularizar la montaña viene de la Administración pública que está haciendo un esfuerzo supremo por facilitar el acceso a ella de los españoles. A tal efecto, véase el cartel que se ha repartido por media España y que contiene las instrucciones que han de seguir quienes por sus senderos y veredas se aventuren. Yo las he leído en el norte de España pero me consta que obran por doquier.

Su inicio es del siguiente tenor: "se ha incorporado una señalización que permitirá al usuario identificar la especialidad de cada PR a través de sus respectivos pictogramas".

Y continúa: "M.BIKE/BTT. Logo francés de bicicleta de montaña. Los círculos representan la bicicleta y el triángulo la direccionalidad del recorrido. Estos dos pictogramas estarán siempre en combinación con los soportes señalíticos".

A algún lector le puede quedar alguna duda y para despejarla viene en su ayuda el redactor de las instrucciones al decirle que "la explicación de que siempre se encuentren juntos los pictogramas de senderismo y Mountain Bike responde no tanto a la especificidad del recorrido sino más bien a evitar la diversidad señalética".

Respecto a uno de los signos se aclara que "esta representación la encontrarás en la cabecera de los PR's y en el interior del pictograma del BTT".

Obsérvese el estimable esfuerzo de claridad del autor pero también su horror a dejarse encadenar por reglas ortográficas y gramaticales pues en el mismo documento se emplean indistintamente los muy afortunados vocablos "señalíticos" y "señaléticos".

¡Ah, montaña! ¡regazo de ecos, primor del Sol y de la Luna! ¿nos traes ahora también fulgores de precisión lingüística?

1 comentario:

  1. Hombre, montañismo en Dinamarca, con su "cumbre" de 171 metros... :-)

    ResponderEliminar