(Ayer día 10 publicó el periódico El Mundo este artículo mío).
Menos en España, más bien pobre en este
género, se multiplican por Europa las reflexiones sobre el futuro de las
instituciones europeas, de las naciones y los Estados que las han encarnado, de
la democracia, de los sistemas electorales, a la búsqueda de modelos que no
signifiquen invariablemente la tergiversación de la voluntad popular.
En este sentido resultan interesantes las
reflexiones contenidas en el Manifiesto que han firmado conjuntamente Daniel
Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt, presidentes de los grupos verde y liberal, respectivamente,
en el Parlamento europeo. Se trata de dos personalidades relevantes de la
escena europea que tienen tras de sí un pasado conocido: el primero, iniciado
en las famosas jornadas parisinas de mayo del 68, luego continuado en una labor
sostenida de eficaz crítica social plasmada en libros y en el activismo
político; el segundo ha sido varios años presidente del Gobierno belga, un
oficio truculento que solo se desea a los enemigos muy encarnizados. En
cualquier caso, ambos exhiben una vida polémica, la única que merece la pena
pues es rica en proteínas y elimina el ácido úrico. Hoy, ambos, representan a
millones de ciudadanos europeos que han votado sus concepciones de la política
y de la sociedad.
El librito (no llega a setenta páginas) ha
salido en varios idiomas, también -creo- en español, y por algún sitio he leído
que se distribuye gratis en Grecia. La edición francesa, que es la que yo he
manejado (“Debout l´Europe”), contiene además una entrevista jugosa con el
periodista Jean Quatremer, del diario Libération. En él los autores defienden
su concepción federal de Europa y la necesidad de ir a una Convención
constituyente tras las elecciones al Parlamento europeo de 2014 que sirva como
piqueta para desbaratar los defectos de construcción observados en los años de
aplicación del Tratado de Lisboa. Pero el librito es además un alegato en toda
regla contra los nacionalismos, causantes de todas las perturbaciones que
dificultan avanzar en el proyecto europeo. Oigamósles: “quienes siguen
entonando la cantinela nacionalista querrían compartimentar los pueblos detrás
de barreras nacionales estancas. En Europa, compuesta en la actualidad por
cuarenta y cuatro países, se necesitaría un nuevo reparto en 350 Estados
autónomos, sin contar los mini Estados como Andorra, Mónaco etc. Con la misma
lógica, África, que alberga una cincuentena de Estados, se transformaría en un
continente con más de 2.000 pequeñas entidades nacionales. ¡Qué pesadilla! ...
Hoy el mundo cuenta con 191 Estados. Si seguimos a los nacionalistas en su
delirio, esta cifra podría llegar a 5.000. Pero cuando se sabe que la mitad de
las personas salidas de esos miles de Estados viven en metrópolis, es decir, en
un medio donde coexisten lenguas, religiones y culturas, se advierte
inmediatamente la incoherencia de sus postulados. El delirio nacionalista es de
hecho el síntoma de su básica inadaptación al mundo multicultural
contemporáneo”.
Y más adelante: “La identidad nacional es el
nuevo rostro del nacionalismo. Es el último disfraz de la ideología
nacionalista ... Lejos de nosotros la idea de que no exista una identidad o de
que carezca de importancia. Al contrario: es el alma misma de cada individuo.
Lo que combatimos es la manera como se manipula para ser utilizada en beneficio
de sus representaciones nacionalistas y esclerotizadas de la sociedad. O,
todavía más grave, para crear categorías artificiales entre las personas y así
mangonear las sociedades ... Frente a los desequilibrios de la actual
globalización económica y financiera, Europa debe promover sus valores
sociales, ecologistas y políticos. Europa debe acabar lo que ha iniciado
durante los siglos precedentes y completar la mundialización. Para lograrlo se
debe cumplir una condición ineludible: Europa debe, de una vez por todas, liberarse
de sus demonios nacionalistas”.
En un momento de la entrevista con Quatremer,
Daniel Cohn-Bendit reitera: “no se puede negar que emerge un egoísmo regional.
Como el Estado-Nación no es capaz de protegernos frente a la mundialización,
algunos piensan que un espacio más pequeño será más eficaz ... esto es
evidentemente falso: el espacio regional no ofrece ninguna protección
suplementaria, es justamente lo contrario. Si un Estado no es capaz de resistir
frente a la mundialización, ¿cómo lo podrá hacer una región pequeña? El espacio
adecuado es solo el europeo que es el único que nos permitirá defender nuestro
modo de vida frente a los otros grandes espacios continentales”.
Bien claritos, como se ve, los disertos
europeístas Daniel Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt. Lástima que unas
declaraciones tan contundentes se hallen en absoluta contradicción con la
presencia en sus filas en el Parlamento europeo de diputados españoles y de
otros países que defienden justamente las posiciones nacionalistas que ellos tan
brillantemente combaten: de palabra en el hemiciclo y con la pluma en este
Manifiesto. En el caso de los verdes, en el Parlamento europeo, forman además
coalición con la “Alianza libre europea”, una organización política que acoge a
"los partidos políticos que tienen como referente el derecho a la
autodeterminación".
Con la edad, todos sabemos que la vida es el
arte de administrar nuestras contradicciones pero, al ser estas tan clamorosas,
convendría que los autores del Manifiesto las explicaran con buena letra y
haciéndose entender.
Otro libro que circula, este por el mundo
germano pues -que yo sepa- solo ha aparecido en alemán, es el escrito por el
periodista y ensayista austriaco Robert Menasse y cuyo título podría traducirse
como “el mensajero europeo” (Der
europäische Landbote). Menasse, según ha contado en entrevistas a los
periódicos, se instaló en Bruselas
porque tenía en la cabeza escribir una novela crítico-satírica de las
instituciones europeas. Pero, al ponerse en contacto con personas que en ellas
trabajan, fue viviendo una transformación intelectual que le ha llevado a
escribir un alegato en su defensa, especialmente de la denostada Comisión, sancta sanctorum o mihrab para muchos indocumentados de burócratas, parásitos y otras
modalidades de insectos hemípteros.
Lo que le ha salido, aunque yo discrepe de
algunas de sus tesis de fondo, es bastante regocijante (“la UE es el infierno
más cool de todos los que existen en
la Tierra”) pero sobre todo es, de nuevo, un alegato en toda la regla contra el
peligro de los nacionalismos porque “una agotada ideología, la identidad
nacional, ha conducido de manera continua a guerras y a cometer delitos contra
la Humanidad ... tener una patria es un derecho de las personas, pero no así
disponer de una identidad nacional”. En este sentido, la UE es justamente el
proyecto para superar esos nacionalismos sangrientos y también los
Estados-Nación que han cumplido ya en Europa su ciclo histórico. Considera
Menasse que es precisamente la democracia “nacional” la que bloquea el
desarrollo de la democracia “trasnacional” de suerte que es imprescindible
encontrar un nuevo modelo democrático que no esté ya unido -como está ahora- a
la idea del Estado nacional.
Si, a lo hasta aquí contado, unimos las voces
de Élie Barnavi, de Edgar Morin, de Ulrich Beck
o las declaraciones muy recientes a la prensa alemana de un
Bernard-Henri Lévy, percibiremos que en efecto estamos en época de extinción de
grandes mamíferos, entre los que ocupan lugar de privilegio los nacionalismos y
sus Estaditos de bolsillo. Una vez yertos, la buena educación impone
enterrarles y dejar caer sobre su tumba una aureola de tinieblas.
¡¡¡Genial!!! ¡Me ha encantado! ¡Lo comparto ya mismo!
ResponderEliminarSin duda, hace falta una auténtica federación europea y el paso decisivo tenemos que darlo los ciudadanos:
http://www.avaaz.org/es/petition/Avanzar_hacia_una_Constitucion_Federal_Europea/
También comentar que el libro "¡Por Europa!" sí está en castellano:
http://www.marcialpons.es/libros/por-europa/9788499405414/
Tan solo necesitaríamos un grupo de discusión para sintonizar con los federalistas europeos desde España... esta es mi propuesta:
https://groups.google.com/group/eurofederalistas?hl=es
¡¡Un saludo federalista!! :)
Muchas gracias y un saludo muy cordial, FSW.
ResponderEliminarDon Francisco Sosa: ¿puede, por favor, confirmar que su voto de 6 de abril de 2011 sobre la conveniencia de que los diputados viajaran en turista fue al principio un voto en contra y que posteriormente cambió su voto a abstención? En caso afirmativo, ¿puede explicarme las razones de ambas decisiones? ¿Podría también aclararme su postura actual a este respecto? Muchas gracias.
ResponderEliminarEspero que con el enlace que le envío se quede Vd. tranquilo o tranquila, porque ignoro su identidad. Saludos, FSW.
Eliminarhttp://weblogs.upyd.es/europa/2012/11/27/sosa-wagner-aclara-a-quien-leyere-o-como-se-desenreda-una-patrana/
-Es que para mi, mi pueblo es mi nación.
ResponderEliminar-Pues para mi mi familia es mi nación.
-Entonces por cada familia necesitamos una nación o estado.
-Bueno serina bastantes ¿no?.
-Yo diría demasiados, si encima se llevan mal.
-Bueno debatamos sobre ello olle.
-Vale.