domingo, 10 de abril de 2011

Elogio de la inutilidad

Un estudioso español ha escrito un ensayo exhortándonos a la rebelión contra los objetos inútiles. Considera que la sociedad actual es rica en cachivaches y que lo mejor es desterrarlos para que el hombre pueda recuperar la centralidad en el Cosmos y su dominio sobre las cosas. Debe prestarse atención al sesudo aviso porque la experiencia dice que estos análisis están la mayor parte de las veces copiados de otros análogos americanos y lo que del Nuevo Continente viene acaba convirtiéndose en regla y medida. Antes, la inspiración venía de Alemania y hasta mi admirado don José Ortega (tan admirado que en mis soliloquios que le tienen como interlocutor le llamo Pepe) se trajo desde Friburgo lo que los alemanes venían escribiendo desde hacía copia de años acerca de la rebelión de las masas.

Pienso, sin embargo, que a los objetos hay que tenerles respeto y, cuanto más inútiles sean, mayor. Solo lo inútil es bello, decía precisamente Ortega. Hoy deberíamos decir, solo lo que no entra en el producto interior bruto resulta atractivo. Además, qué es útil, qué es inútil son circunstancias cambiantes y perecederas, como nuestra misma vida. El bidé por ejemplo ha pasado a ser una pieza de museo, en Viena se exhibe el que utilizaba la emperatriz Sissi para sus majestuosos lavoteos, y fue sin embargo en el pasado pieza capital en el aseo de zonas que hasta su aparición habían estado abandonadas a su agreste evolución. El teléfono fijo es casi una antigualla pues hoy el teléfono se ha desatado, ha roto sus cadenas, ha gritado ¡viva la libertad! y se ha echado a andar por esos mundos, suelto, sonoro, terrible. Y han desaparecido los carretes de fotos y el interruptor de la luz, hasta el fax lo contemplamos con la misericordia que se gasta con el abuelo a quien ya no se puede enviar a buscar el pan.

Todo va y todo viene, con la amenidad de la historia. Y luego están los objetos respecto de los cuales se descubren nuevos usos e inesperadas utilidades. Aquí el asunto se pone más emocionante: hace poco, en un municipio asturiano, su alcalde ha abierto una investigación pues un policía local ha utilizado un camión de bomberos para declararse a su novia y pedirle que se casara con él. No sé qué puede reprocharse al fogoso funcionario pues se ha servido de una escalera diseñada precisamente para apagar fuegos. Ahora bien ¿qué es el amor sino el fuego más distinguido y eterno? Desaparecerán los incendios porque se conseguirán materiales no inflamables y, sin embargo, será necesario seguir fabricando coches de bomberos precisamente para hacer frente a la pasión amorosa, racimo como es de fuego, relámpago rasgado, arena ardiente, el amor.

Y, en Guadalajara, una señora ha evitado que le robaran el bolso agarrando al ladrón de los testículos. Véase también cómo estos pendientes de nuestra lujuria, objetos de nuestras más entrañables entretelas, entrenados para las más diversas habilidades y concebidos por la Madre Naturaleza para funciones de una dignidad precisa y predecible, de pronto, por el azar, por la necesidad o por el fruto de la imaginación humana, se convierten en un arma que desarma y evita que un bolso, con sus tarjetas de crédito y sus píldoras anticonceptivas, vaya a parar a apócrifos poseedores. Cuando el agresor sintió que sus huevos estaban soportando una presión inusual y que arriesgaba dejarlos inutilizados para trances de mayor envergadura, soltó su presa. Quedó sin bolso, pero con bolsa.

De donde se sigue que debemos ser mirados y no llegar a conclusiones precipitadas. Seamos cautos, ya que no castos. Y cuidemos sobretodo de no quedar chiclanes que son quienes expían sus culpas arreglándose en la vida con un solo testículo.

4 comentarios:

  1. Muy bonita reflexión, muy poética aunque no sé si muy útil... :-) Enfin, que me ha gustado. Lo que pasa es que no acaba de convencer la moraleja final. ¿No será a caso una referencia a las miles de voces levantadas en contra de los eurodiputados que se han negado a volar en clase turísta para rebajar costes del europarlamento? La verdad es que entre esas voces estaba la mía, y me he documentado, leído, buscado comparativas de vuelos y anulaciones o cambios de fechas en rutas bcn-bruselas o madrid-bruselas. Y, la verdad, después de documentarme, continuo criticando la postura que han tenido tanto los eurodiputados que han votado en contra como la de aquellos que se han abstenido (que, en definitiva, viene a ser lo mismo que negarse). Si ya pasa de castaño oscuro el que un europarlamentario se ría del pueblo en el parlamento, más insultante encuentro yo que éste mismo eurodiputado le llame a sus ciudadanos "chiclanes" fuera del parlamento, en la calle, o en un blog, como es el caso. No sé si seré chiclán, bihuevudo o plurihuevón, pero una cosa tengo clara: en este blog he entrado una vez para leerle, y la última va a ser si es que Uds, representantes políticos del pueblo, no cambian, no empiezan a trabajar realmente PARA el pueblo y, sobretodo, si Uds no dejan de insultar a la fuente de donde emana su poder con motes tan cultivados y etimológicamente bellos como CHICLANES. Por cierto, y a un nivel no tan simbólico sinó más bien fisiológico, a Ud también se le podría aplicar una moraleja: "se cree el ladrón que todos son de su condición". ¡Chiclán!

    ResponderEliminar
  2. No pienso leer nada de lo que ponga, gracias a Ud. habrá votantes de UPyD como yo, que dejaremos de serlo.
    Ud representa lo mismo de lo que venimos huyendo los votantes de UPyD y por desgracias está donde está ahora mismo gracias a mi voto y al de unos pocos de ciudadanos que tenemos criterio propio. Siga volando confortablemente y sin que le toquen su sueldo mientras pueda.

    ResponderEliminar
  3. Y tú ¿estas enamorado de tu partido, de tu equipo o de una mujer?, no confundas la velocidad con el tocino porque al final puede suceder que te quedes sin amor y sin tocino.

    ResponderEliminar
  4. Obras son amores y no buenas razones...

    ResponderEliminar