martes, 9 de marzo de 2010

Lenguaje del camelo

En la antigüedad (me imagino, porque yo no estaba allí) había clases de oratoria para razonar o hablar en público y tratar de comunicar pensamientos u otras atrevidas representaciones de la mente. Hay nombres gloriosos de artistas en este género que siempre se citan y ahí van los ejemplos de Demóstenes, Cicerón, etcétera. En España, en la historia contemporánea, los de CastelarGrande es Dios en el Sinaí...») y de Azaña son los que vienen a la mente cuando se piensa en oradores disertos. Hoy se suele decir que en las Cortes hay malos oradores, lo que a mí no me parece justo, aunque es verdad que no siempre se respetan las reglas argumentativas.

Más divertidas son las intervenciones de esos altos funcionarios y ejecutivos desodorizados que intervienen en reuniones, seminarios o simples encuentros de trabajo. Y el lenguaje camelístico-embolismático que gastan. En un escenario, además, en el que se han puesto de moda diversos artilugios ideados para estas ocasiones pedante-parlantes.

A ello se debe que, desde hace años, los organizadores de conferencias formulen preguntas raras. A mí hubo una época en que se interesaban por el hecho de si yo empleaba o no «transparencias». Me parecía un asalto a la intimidad que procuraba pasar por alto asegurando que «eso era propio de señoritas pícaras». Después, las tales «transparencias» fueron sustituidas por el «cañón», artefacto que nunca he llegado a saber qué tenía que ver con una conferencia, pues el público puede irritarse pero no es necesario defenderse de él con tanta acometividad. Ya más recientemente hemos pasado al «powerpoint» y cuando veo a un conferenciante manipulando el apuntador sobre una pantalla iluminada donde va leyendo lo que está al alcance de cualquier oyente, me pregunto qué pasaría si ese chisme dejara de funcionar o simplemente se interrumpiera el fluido eléctrico. ¿Se interrumpiría también su fluido discursivo?

Es decir, que contamos ahora con prótesis para pronunciar discursos mientras que antes se manejaban tan sólo las socorridas «muletillas» («por así decir», «¿verdad?», «vale», etcétera). Hoy, los ingenios técnicos han venido en auxilio de quienes no saben expresarse o padecen serias dificultades en tales trances. Como cada día contamos con un avance nuevo, llegado será el día en que el orador se limite a conectar con diligencia el ordenador de sus oyentes para que éstos puedan leer su mensaje.

Pues bien, al despliegue de estas prótesis hay que unir el lenguaje empleado. Como quien habla es persona que lleva años aprendiendo inglés (un español no es sino un aprendiz del inglés), lo usual es que adoquine sus informes (perdón, sus «papers») con las cuatro palabras de ese idioma que penosamente ha logrado retener en su memoria (rating, celebrity, coinsurance, copyleft y otras lindezas semejantes).

A ello hay que añadir las siglas. Hace años me contaba un amigo economista que había visitado a don Claudio Sánchez Albornoz en Buenos Aires y cuando le dijo al sabio anciano que estaba «trabajando en la CEPAL», don Claudio le contestó de malos modos: «Hable usted en cristiano». Hoy se dice tranquilamente que el Rey ha recibido al JEMAD o que la LOE revisará la ESO. Y lo inquietante es que muchos lo entienden.

Es decir, que entre el powerpoint, el inglés y las siglas, participar hoy en cualquier reunión se ha convertido en una experiencia desconcertante y enigmática. Yo no me suelo enterar de nada, pero lo paso pipa apuntando los pasajes más sobresalientes de esta exhibición de cursiladas. ¿No deberían reunirse en un libro como las grandes erratas que son del sagrado arte de la oratoria?

4 comentarios:

  1. -¿Y si me ponga a hablar y se me para el ordenador?.
    -Tranquilo jefe, puede usted hablar de su familia.
    -Pero cómo si la conferencia trata de la fauna escocesa.
    -Tranquilo, usted indica "parecido a como ocurre en la peninsula ibérica" y a continuación habla de su familia hasta que vuelva a funcionar el ordenador.
    -Pero es que la conferencia trata del "borrico escocés".
    -Entonces hable de usted como hermano del borrico.
    -Jimenez no juegue con su empleo.
    -Jefe perdón.

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  2. Nunca en la historia la distancia entre personas nacidas en años diferentes fue tan grande.El caso que tb nunca la diferencia entre los que siempre se han entrenado y los que estan fuera fueron tan grandes. Un dia vi que me decian que los materiales estaban en moodle y dije que es eso. Quien subia esos materiales era mi profesor de 70 años, si. aquel que solicitaba ayuda porque el proyector no iba. Tuve que mirar cual era la plataforma desde la que debia subir el trabajo a mi profesor. En fin, hoy mas que nunca la formación es un grado y iremos informando como evoluciona esto, según quien estudie, implemente...decida...

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  3. Vamos que se suponia que yo, mas joven , debia saber de mooodle; pero mi profe en virtud de que formacion al profesorado ya se manejaba...En fin hay que estar abierto a lo que viene, que intuyo sera positivo para la formación...

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  4. Ja,ja,ja....Que grandes verdades estimado caballero y que gran alivio descubrir en los demás los sufrimientos propios.
    Como persona versada en la simplicidad y sin grandes pretensiones soy gustosa de asistir y presenciar a conferenciantes varios.Y como no pocas veces ,muy a mi pesar, la mitad del contenido de lo expuesto, se me escapa y diluye en mi cabecita.Que aunque creo muy bien puesta, está poco por la labor de descifrar todas esas nomenclaturas emitidas en clave, yo casi creo secreta.Le agradezco haya tenido a bien hacerme pensar que quizas no era tanto mi ignoracia de oyente simple como la ignorancia de orador complejo.MIl gracias, me ha encantado.

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