domingo, 27 de diciembre de 2009

La democracia escoltada

(Ayer, sábado 26, publicó el periódico El Mundo este artículo mío).


La legislatura avanza entre trompicones y sobresaltos, enredada en asuntos diversos. Animados por la mejor intención, hay quienes despliegan una habilidad caliente para inventar problemas que llevan a cocinar desaguisados mayúsculos. A la vista de lo que ha ocurrido a día de hoy, no está mal la cosecha de año y medio de desvelos parlamentarios. Sin embargo, hay algo de lo que apenas se habla y, si se hace, es siempre en voz baja o en un imperceptible balbuceo.

Me refiero a ese objeto dormido, solitario, que vaga como un gorrioncillo perdido por los pasillos del edificio constitucional y que llamamos «reforma de la ley electoral». Han pasado muchos años desde que se diseñó el sistema actualmente vigente, por lo que el buen criterio impone revisarlo y ponerlo a punto agradeciéndole educadamente sus virtuosos servicios. Porque es un hecho que, tras las elecciones de 2008, fue tan clamoroso el dislate resultante del reparto de escaños (hubo dos partidos que, con el mismo número de votos, obtuvieron seis y un escaño respectivamente) que el propio Gobierno encargó al Consejo de Estado la elaboración de un dictamen que permitiera afrontar este problema de manera sólida y, al mismo tiempo, respetuosa del orden constitucional. Hace ya largo tiempo que este dictamen ha sido evacuado con la solvencia esperable, como hace ya largo tiempo que se encuentra constituida una Subcomisión parlamentaria a la que se encargó abordar este asunto.

Las noticias más benevolentes dicen que la tal Subcomisión duerme un sueño envuelto en espesura de silencios. Según me cuentan, a veces, una voz velada la requiere y, entonces, animosa, abre un ojo, se despereza, se yergue incluso, hasta que de nuevo alguna pócima, administrada por un malandrín o follón, la sepulta en su abismo. Y allí, a ese arcano, se lleva sus secretos, especialmente el que podría despertar a nuestra democracia.

Pues sépase que es la nuestra una democracia dormida y, como luego se verá, escoltada. Una democracia que, acunada por la nana de la derecha y la izquierda, parece haber encontrado postura en una siesta profunda, en una de aquellas siestas antiguas, de oración, pijama y orinal. Siesta peligrosa porque no es intervalo, la pausa imprescindible para tomar fuerzas, sino que tiene todas las trazas de convertirse en un descanso prolongado y pegajoso como légamo oscuro.

Buscar una fórmula para despabilar a la durmiente Subcomisión debería ser tarea urgente de los demócratas. Porque la democracia es un sistema delicado, frágil, que como tal exige cuidados y desvelos, la vigilia de sus seres queridos y cercanos. Para que no desfallezca, para que conserve su lozanía y no se agriete, ni quede a la intemperie, menos en las garras de sus enemigos. Porque no existe sistema alternativo que nos garantice una vida pacífica y de entendimiento mutuo, la democracia ha de estar provista de antenas sensibles que sepan captar aquello que en la sociedad -cuyos destinos rige- bulle y se mueve. La democracia, como ser vivo, ha de absorber los nutrientes que le permitan regenerar sin desmayo su cuerpo, abrillantarlo, tensar sus alas y, al tiempo, conjurar sus zozobras y acallar los gritos de muerte helada de sus demonios. La democracia necesita la mano audaz de la energía, la flauta de la imaginación, el bullicio en sus intimidades de la sangre hirviente de la virtud cívica.

Una democracia rígida, que no admite variaciones en su seno, se acaba convirtiendo en una democracia orgánica, yerta en sus eternidades y en la inalterabilidad de sus principios gloriosos e inamovibles. O en una de esas democracias tramposas que han instaurado donde han podido los comunistas, esos grandes secuestradores precisamente de la democracia y de las libertades a lo largo de todo el siglo XX.

La democracia no puede ser una estatua a contemplar, la piedra cincelada de una vez por todas por la mano del artista. Por el contrario, la democracia ha de saber alargar su cuello para ver las extensiones en las que cuaja el porvenir; ha de llevar en sus entretelas el gusto por la renovación de la vida en libertad. Debemos dejarnos acompañar por ella como la sombra que refleja el ansia implacable de justicia.

Si todo esto es así, es evidente que una democracia no puede caminar escoltada por dos gendarmes que, además, siempre son los mismos. Porque esto lleva a que el espectador se canse, se hastíe y le vuelva la espalda. La democracia es a veces comedia, a veces drama, siempre un poco de teatro. Y es tal condición la que obliga a renovar los decorados, el vestuario y los artistas. Para evitar el vacío de la sala mayormente.

Este peligro del vacío, es decir, de la abstención, se ha hecho visible en España en muchas ocasiones, a veces memorables, la más clamorosa de las cuales fue el referéndum del Estatuto de Cataluña, una necesidad angustiosa de un pueblo que él mismo ignoraba padecer. Y las sucesivas consultas electorales muestran en estos últimos años cómo el votante se retrae, se aleja de la urna al sentirse ajeno al sistema, desentendido de su suerte. Otra cosa es que en la valoración de los resultados se olviden esos miles y miles de votos en blanco que expresan la conciencia negra de la democracia, o no se cuente a quienes se quedaron en casa oyendo a Mozart o se fueron a tomar unas gambas a esa playa donde las brisas nos desvelan su magnífico enigma de fragancias.
En la República Federal Alemana se ha podido detectar este mismo fenómeno en las últimas elecciones legislativas celebradas el pasado mes de septiembre. Se han publicado allí varios libros que contienen una especie de juicio crítico al sistema democrático hecho por los médicos del cuerpo social. Uno de ellos hizo bastante ruido: su autor es un periodista vinculado a Der Spiegel llamado Gabor Steingart que ha llamado a la democracia alemana «la democracia robada» (Die gestohlene Demokratie, Piper, 2009). Este hombre propició una campaña bastante activa en favor del abstencionismo electoral que -como digo- desató una nada desdeñable polémica con participación de muchos ciudadanos en el debate (en parte estas voces se hallan recogidas en el mismo libro).

Hay en él un análisis demoledor de las formaciones políticas que se disputan los escaños en aquel país, como lo hay respecto del sistema electoral al que descalifica por propiciar la partitocracia, es decir, el predominio de unos partidos que no saben contraer su acción y su presencia a los ámbitos que la Constitución les acota, sino que se desparraman por todos los intersticios de la vida social, sofocándola y contaminándola con sus enredos y sectarismos.

Leyendo su alegato, fundado y con buena asistencia de argumentos históricos extraídos de la experiencia de Weimar, yo pensaba en qué diría este hombre si conociera la realidad electoral española, donde es imposible en decenas de circunscripciones que salga elegido un diputado que no pertenezca a los partidos que escoltan nuestra democracia. Pues en Alemania, aun con la ley electoral criticada, se pasó del dúo de demócratas cristianos y socialdemócratas al terceto (con los liberales), después al cuarteto (los verdes) y hoy al quinteto, al incorporarse «la izquierda» (Die Linke), «el partido más joven que tiene en su seno el mayor número de jubilados», como divertidamente anota Steingart.

Nada de esto es posible en los pagos hispanos, cercenada de raíz como está toda posibilidad de enriquecimiento de nuestro hemiciclo por causa de una ley perversa que tiene el desparpajo de prescindir de la voz de millones de ciudadanos, es decir, de tirar literalmente su voto a la basura cuando éste no se ha dirigido en la dirección correcta. Instaurar una auténtica pluralidad de opciones, dando a cada papeleta de voto el valor que merece el ser humano que la selecciona, es ya una tarea urgente si se quiere librar a nuestra democracia de la asfixiante protección de sus escoltas.

3 comentarios:

  1. ¿ PORQUE NO TENENMOS NOSOTROS DERECHO A ESTA DEMOCARCIA Y TENEMOS QUE IRNOS ?

    COMITÉ COMARCAL DE TIERRA DE BARROS





    COMUNICADO DE PRENSA




    SE DISUELVE EL COMITÉ DE UPYD DE TIERRA DE BARROS Y SE DAN DE BAJA DEL PARTIDO LA MAYORIA DE SUS AFILIADOS.

    El comité Comarcal de Tierra de Barros de Unión Progreso y Democracia, reunido el día 22 de diciembre en Villafranca de los Barros, acuerda hacer publica la siguiente

    DECLARACION:

    PRIMERO.- Desde su creación a principios del 2009, el Comité Comarcal de tierra de Barros, que agrupa también a los afiliados de la comarca de Zafra, ha desarrollado un trabajo totalmente positivo y constructivo y en plena sintonía con los planteamientos políticos de la dirección nacional del partido. Todo nuestro esfuerzo ha estado encaminado en conseguir la extensión y organización del partido en los pueblos de la comarca, y en trasladar a los ciudadanos el mensaje de regeneración democrática que UPYD dice representar. En la campaña electoral de las elecciones europeas de junio de este año todos los miembros del Comité, de forma totalmente altruista y voluntaria, y sin ningún tipo de apoyo exterior, desarrollamos un extraordinario trabajo de difusión de la candidatura y las propuestas de UPYD. Para ello no solo empleamos todo el tiempo y el esfuerzo que nos fue posible, sino, incluso, nuestro propio dinero para hacer carteles, folletos, cuña de radio o pagar el combustible de nuestros vehículos, con los que recorrimos todos los pueblos de la comarca organizando actos y repartiendo propaganda. En ello pusimos toda nuestra ilusión, convencidos, como estábamos, que este partido era un soplo de aire fresco y limpio en un panorama político asfixiado por la desidia, la corrupción y los intereses particulares de la mayoría de los políticos y de sus partidos.

    El fruto de nuestros esfuerzos se vio reflejado en los resultados electorales de las comarcas de Almendralejo y Zafra, en las que los porcentajes de votos y de crecimiento fueron muy superiores a la media de Extremadura, así como en la consolidación del mismo Comité Comarcal, que se iba reafirmando, tanto desde el punto de vista organizativo como político.

    SEGUNDO.- Sin embargo, a pesar de nuestra actitud constructiva y de confianza en UPYD, desde el primer día de nuestra existencia como Comité, y sin que podamos comprender los motivos, hemos sufrido el desprecio, el ninguneo y el boicot a todas nuestra iniciativas por parte del coordinador regional del partido, Pedro López Pozo.

    Pedro López, que ocupa el cargo designado a dedo por la dirección nacional de forma provisional, pero que se niega a convocar una asamblea regional, ha instaurado dentro del partido una verdadera dictadura en la que se impide, no ya el trabajo político de los afiliados, y se expulsa a todo el que no es de su grado, sino que incluso se niega la afiliación a la personas que quieren ingresar en UPYD, solo por el hecho de que el no las conoce o que no son de su plena confianza.

    Como resultado de todo ello, UPYD de Extremadura es un partido absolutamente insignificante, que solo cuenta con unos 40 afiliados en la provincia de Badajoz, de los que 15 pertenecen a nuestra comarca, y unos 20 en Cáceres. Carece totalmente de estructura organizativa, salvo nuestro comité comarcal, un pequeño núcleo en Plasencia y otro en Badajoz, y no existe en la vida política de Extremadura. Un claro ejemplo de esta situación es el hecho vergonzoso de que Rosa Diez votara en contra de la reforma del Estatuto de autonomía de Extremadura en el Congreso de los Diputados, y que los afiliados de la región nos enteráramos por la prensa, o el intento de destituir al Coordinador Comarcal de Tierra de Barros, Agustín Vega y al responsable de organización Antonio Reyes, por haber publicado un comunicado de apoyo a las movilizaciones de los agricultores y ganaderos del 20 y 21 de noviembre.

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  2. La actitud de Pedro López y de quienes, bien por ignorancia o por complicidad, les apoyan en sus decisiones, constituye una labor de verdadero sabotaje interno, con el objetivo de que el partido no se desarrolle y poder mantener, de esa forma, sus puestos al frente del mismo, prefiriendo dirigir un partido testimonial e insignificante, a formar parte de un partido fuerte y organizado, con posibilidades de influir en la vida política, pero que ellos jamás podrían dirigir, debido a su mediocridad, a su falta de capacidad política y a sus ideas reaccionarias, que en el caso Pedro López, y algún otro miembro de la coordinadora regional, son claramente fascistas y racistas, como lo demuestra el hecho de que en una reunión de dicha coordinadora, se llegara a decir, sin que nadie protestara, que “había que cortar la cabeza al gitano”, refiriéndose a nuestro coordinador comarcal Agustín Vega Cortés. Esta hecho indigno, fue reconocido en una posterior reunión en la que Agustín Vega Pidió la dimisión del autor de la frase, José Maria López Lago, antiguo militante de la extrema derecha de Badajoz y estrecho colaborador de Pedro López.

    A pesar de todo esto, el Comité Comarcal de Tierra de Barros, ha estado soportando, durante casi un año, el indigno comportamiento del coordinador regional, con la esperanza de que I Congreso Nacional del Partido, que se celebró el 20 de noviembre en Madrid, significara una democratización interna que terminara por afectar también a nuestra región, y pensando que en la nueva dirección nacional que saliera del Congreso, encontráramos el calor y el amparo que aquí se nos negaba. Sin embargo, para nuestra frustración más profunda, hemos visto como el desarrollo del Congreso Nacional y sus resultados, ha n orientado al partido en la dirección contraria, y centenares de militantes de toda España se están dando de baja del mismo.


    TERCERO.- Por todo, ello, perdidas las esperanzas de que este partido pueda llegar a ser lo que nosotros creímos que era, y para no colaborar con nuestra presencia o silencio, a mantener por más tiempo el fraude a la ciudadanía que todo esto significa significa, acordamos disolver el Comité Comarcal

    Así mismo, la mayoría de los presentes manifestamos nuestra intención de darnos de baja en el partido de forma inmediata.

    Villafranca, a 22 de diciembre de 2009.

    Fdo: Agustín Vega Cortés
    Coordinador del Comité Comarcal de Tierra de Barros de UPYD
    Tfno de contacto: 629588963
    Fdo: Antonio Reyes Lopez
    Responsble Organizacion del Comité Comarcal de Tierra de Barros de UPYD
    Tfno de contacto: 687282198

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  3. CONSTITUCION ESPAÑOLA
    Artículo 68
    1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados, elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la ley.
    2. La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población.
    3. La elección se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación proporcional.

    SERÍA RECOMENDABLE ABORDAR CON MAYOR CONCRECIÓN QUÉ MEDIDAS -ENTRE LAS ANALIZADAS POR EL CONSEJO DE ESTADO- ENTIENDE EL SR SOSA WAGNER DEBEN SER ABORDADAS.

    Mi particular resumen del informe del Consejo de Estado aborda las siguientes materias de reforma:

    Para reducir la diferencia en el número de votos necesarios para obtener un escaño:
    a) Reducir a un diputado el mínimo por provincia (actualmente 2)
    b) Aumentar de 350 a 400 el número de diputados elegibles
    c) La combinación de ambas

    Para reducir las desviaciones respecto a la proporcionalidad en la asignación de escaños y respecto al ámbito territorial (nacional o regional) de los partidos políticos:
    a) Sustituir el método “D`Hont” por el método “Hare”
    b) Computar a nivel estatal la atribución de escaños con los votos que no han dado lugar a la asignación provincial de escaños.

    Para reforzar el poder de los electores para designar candidatos concretos:
    a) Listas desbloqueadas.- el elector prioriza a los candidatos en una candidatura.
    b) Listas abiertas.- el elector confecciona su propia lista entre las distintas candidaturas presentadas en la circunscripción.

    AGRADEZCO LA PUBLICACIÓN DE SU ARTÍCULO.
    UN CORDIAL SALUDO.

    JOSE LUIS ZAMARRIEGO.

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