martes, 6 de julio de 2010

La sentencia de las mil páginas

Una sentencia con mil páginas, cuando sale a la circulación y se mete en el trajín diario, corre el riesgo de abandonar su ser de sentencia pura, de fruto (es) cogido del árbol de la teoría del derecho, para convertirse en festín, en un gran banquete -ubérrimo de alimentos- del que todos podrán servirse a su antojo y según sus más acuciantes necesidades. En sus cientos de fundamentos jurídicos cada quien encontrará un argumento a medida, el apto y encaminado a satisfacer sus pretensiones en función de la peripecia en la que se vea inmerso. Se hará así realidad la figura de ese abogado de la quevediana “Fortuna con seso” que “salpicaba de leyes a todos” y que aseguraba: “su justicia de vuestra merced no es discutible; ley hay en los propios términos; ese no es pleito, es caso juzgado, todo el derecho habla en nuestro favor; no tiene muchos lances, es fuerza que se revoque la sentencia dada ...”. Porque, revolviendo entre Baldos e Irnerios y las leyes del reino, era -y es- imposible no encontrar las reglas para apuntalar el razonamiento pertinente que resulte más beneficioso.

Recuérdese que, de un simple contrato de matrimonio, Bartolo le promete a Marcellina en las mozartianas “Bodas de Fígaro” que "con astucia, con argucias, con buen juicio, con criterio ... si hay que darle la vuelta a todo el código, si hay que revolver en el índice, con un equívoco, con un sinónimo ya se encontrará algún embrollo... [para que] ... el canalla de Fígaro sea vuestro". Pues bien, si tales posibilidades existen en la panza de un modesto contrato privado, calcule el lector lo que ofrecerán mil páginas ricas en párrafos interpretativos, aclaratorios, contradictorios y eyaculatorios.

¿Qué no podríamos añadir a esta situación de acomodado desconcierto que el derecho puede suscitar si nos metiéramos en las páginas escritas por el cáustico Rabelais o incluso por el mesurado Montaigne? Vuelvo a los fecundos libretos de las óperas para evocar al letrado Blind en el “El murciélago” quien, dispuesto a urdir embrollos procesales, aconseja a su defendido, que tiene que ir a la cárcel por haber insultado a un funcionario, "recurrir, apelar, reclamar, revisar, recibir, subvertir, devolver, envolver, protestar, liquidar, embargar, extorsionar, arbitrar, resumir, exculpar".

Todo parece indicar que de esto se trata en la actual coyuntura: de hacer un poco de luz en tal o cual cuita pero también de asegurar el funcionamiento de la manivela, de seguir dándole al manubrio del bodrio. ¿Rige esta regla lo mismo en Gerona que en Cáceres? Y aquella ¿es de efecto idéntico en Almería y en Santiago de Compostela? Esta ley ¿está viva o ha decaído su vigencia? Y si conserva su lozanía ¿es la misma en todos los territorios españoles? ¿o solo en algunos de ellos? ¿procede la derogación o basta la caducidad o la suspensión o la no aplicación por el juez...? Se verá que tales dudas -de mucha emoción y de mucho fondo pues afectan al núcleo duro de la interpretación jurídica- se enredan como es fama lo hacen las cerezas en el cesto de esta época veraniega.

El hecho de que todo ello sea en beneficio de curiales y litigantes es lo que me hace contemplar el panorama que abre la sentencia de las mil páginas con simpatía pues al fin y al cabo yo mismo pertenezco a ese oficio y he contribuido en muchas ocasiones con mi pluma a enredar los textos legales y a embrollar a litigantes en las lianas de los considerandos y los resultandos.

Si, además, cada español va a poder disponer de un orden jurídico a su medida y le va a ser permitido invocar en los pleitos aquello que mejor le pete, pues miel sobre hojuelas. ¿No hemos llegado así a ese paraíso que es la más plural de las Españas?

9 comentarios:

  1. Tiene usted razón yo ya he empezado a debatir conmigo mismo mi propia y particular constitución, claro que cuando esté aprobada la discusión conmigo mismo quitará algunos artículos y mientras tanto estoy ocupado.Mis vecinos hacen lo mismo ya sabe lo de la "República independiente de mi casa", yo en un artículo debato de de "Reino" claro que la sangre azul no la encuentro por ningún sitio, pero al fin y al cabo es igual será derogada.

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  2. Profesor tiene mucha razón yo he empezado a redactar mi propia constitución y mis vecinos la suya ya sabe lo de "La República independiente de mi casa", yo debato lo de Reino, pero la sangre azul no la encuentro por ningún sitio, pero es igual al final será derogada. ¡Que bonito es tener cada uno nuestra constitución!, nos sentimos tan libres y tan debatientes.

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  3. Tiene razón profesor yo estoy debatiendo mi propia constitución y mis vecinos las suyas propias ya sabe lo de "La Répública independiente de mi casa", yo en un punto trato sobre lo de reino, pero no encuentro la sangre azúl por ningún sitio, es igual porque al final será derogado.¡ que bonito que cada persona tenga su constitución! es uno tan feliz y tan debatiente.

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  5. Tiene razón profesor yo estoy debatiendo mi propia constitución y mis vecinos las suyas ya sabe lo de "La República independiente de mi casa", yo trato el tema del Reino pero no encuentro la sangre azúl por ningún sitio, es igual de todos modos seria derogado. ¡que bonito que cada uno tengamos nuestra constitución! somos tan felices y tan debatientes.

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  6. Tiene usted razón yo estoy debatiendo conmigo mismo mi propia constitución y mis vecinos las suyas, ya sabe lo de "La República independiente de mi casa", yo trato el tema del reino, pero no encuentro la sangre azúl por ningún sitio, pero es igual de todos modos seria derogado. ¡que bonito es tener cada uno su constitución! somos tan felices y tan debatientes.

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  7. Tiene razón yo estoy debatiendo conmigo mismo mi propia constitución y mis vecinos las suyas ya sabe "La República independiente de mi casa", yo planteo lo de Reino, pero no encuentro sangre azúl por ningún sitio además de todas formas seria dengado.¡que bonito que cada uno tengamos nuestra constitución! nos hace tan felices y tan debatidores.

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  9. Maestro con tan magna obra el Tribunal Constitucional va contra todos los "mementos prácticos" y contra la legislación de medio ambiente. No creo que ha quien se atreva a imprimir la dichosita sentencia. Por cierto, ¿ no le parece que se pierde el valioso tiempo en España sobre la decisión de quien lo hace, y no se medita demasiado sobre el que se hace ? Todo este embrollo de las autonomias y nacionalidades ....

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